El desarrollo de la inteligencia del bebé desde el nacimiento a los 2 años
Los bebés vienen al mundo indefensos, dependientes y en pocos meses son capaces de coger objetos, llevárselos a la boca, observarlos, actuar de forma intencionada… Pero ¿Cómo es ese proceso en el que pasan de no ser capaces de coger un objeto a poder lanzarlos, buscarlos tras un trapo que los oculta, nombrarlos, pensar en ellos sin que estén presentes…?
Al mismo tiempo, el niño tiene que ir comprendiendo que los objetos son objetos diferentes a él mismo y para llegar a comprenderlo debe hacerlo desde su propia actividad con los objetos, es algo que debe construir él mismo.
El periodo que va desde el nacimiento a los 2 años de edad, está marcado por un gran desarrollo mental. En esta época se aprende a andar, a hablar, a pensar sobre objetos no presentes… Es una etapa de gran importancia, ya la propia Montessori, en su libro “Formación del hombre”, decía:
“Los dos primeros años de vida son los más importantes, porque durante ellos se dan los desarrollos fundamentales que caracterizan la personalidad humana. En tanto el recién nacido no tiene nada, ni siquiera el poder de moverse, el niño de dos años habla, corre, comprende, reconoce las cosas del ambiente.”
Piaget (1936), realizó toda una teoría sobre el desarrollo cognitivo, la etapa entre el nacimiento y los 2 años la denominó SENSORIOMOTORA y realizó una serie de observaciones con sus hijos de las cuales se desprende una sucesión de etapas (estadios) por las que pasan los bebés.
Las edades que se indican son un promedio orientativo, ya que puede variar de unos niños a otros, lo que sí que se encuentra es una sucesión de los estadios.
Estadio 1
En un primer momento, entre el nacimiento y los 2 meses, los movimientos de las manos son impulsivos, por puro reflejo. El bebé cierra la mano cuando hay una presión sobre la palma, pero sin oposición del pulgar. Este reflejo no va acompañado de ninguna búsqueda. Estas conductas son automáticas y no intencionales.
Estadio 2
Entre los 2 y los 4 meses aparecen las Reacciones circulares primarias en las que el bebé repetirá acciones no por azar, sino para consolidar y ejercitar los nuevos resultados que va descubriendo, estas reacciones están centradas en su propio cuerpo, chuparse del dedos, quitarse el chupete… pero para llegar a ello, también deberá atravesar 3 etapas:
En esta etapa, Empieza la prensión propiamente dicha, el bebé coge objetos pero aún no los lleva a la boca, son reacciones táctiles y cinestésicas como rascar el cuerpo, mover los dedos, las manos, tocarse la cara, unir las manos, chuparse los dedos (coordinando la mano y la succión). Ya no son movimientos impulsivos y reflejos como en la etapa anterior. Por otro lado, la mirada intenta seguir lo que hace la mano, pero la mano no consigue siquiera quedarse en el campo visual, moviéndose esta independientemente de la mirada.
Aprende a arañar objetos y extiende este comportamiento a todo, incluido su cara. La mano ya va adoptando la forma de la cosa y el pulgar se opone.
Después, empieza a coordinar la prensión con la succión. Es decir, la mano puede coger objetos y llevarlos a la boca, al mismo tiempo que puede coger lo que está chupando.
La vista aún no está conectada con la prensión, pero al mirar la mano, aumenta la actividad de esta y ya es capaz de limitar sus desplazamientos dentro del campo visual. Pero aún no sabe coger lo que ve, ni acercar a sus ojos lo que ha cogido.
Finalmente, Ya puede coger los objetos que ve y no sólo los que chupa o toca.
Durante todo este tiempo, hasta los 4 meses aproximadamente, el bebé aún no entiende que los objetos son algo separado de su propia actividad, sino que los percibe como imágenes o sensaciones que dependen de la actividad que hace sobre ellos. Si desaparece el objeto de su campo visual, no provoca ninguna conducta en el bebé.
Estadio 3
Entre los 4 y los 8 meses, se completa la coordinación entre la visión y la prensión, agarrando todo lo que ve. Aprende a coger, agitar, golpear objetos, centrará su atención por ejemplo en ver como se mueve un muñeco que está agitando. (Reacción circular secundaria)
Esta coordinación entre la presión la succión y la visión, le va a permitir explorar objetos y por lo tanto empezar a comprender la permanencia del objeto, así como empezar a explorar y a interesarse por el medio ambiente que lo rodea y ya no en su propio cuerpo, lo que será el origen de grandes desarrollos intelectuales.
Ahora cuando se le cae un objeto, se inclina para cogerlo, hace intentos de búsqueda con la mano para recuperarlo (aunque abandona rápido si no lo consigue), si es distraído de la actividad que está realizando, puede retomarla, puede reconocer un objeto si sólo hay una parte visible (pero no si se le oculta completamente), si se le coloca una sábana sobre la cara, es capaz de retirarla (pero no si se oculta un objeto tras una pantalla).
Será un buen momento para proporcionarle objetos diversos, preferiblemente naturales. En esta etapa es cuando se le ofrece al bebé el juego de “La cesta de los tesoros” que consiste en proporcionarle varios objetos cotidianos de diferentes materiales dentro de un cesto bajo, para que el bebé por su propia iniciativa los explore, los mire, los chupe…
Estadio 4
Hacia los 8 o 9 meses, el bebé ya ha adquirido la PERMANENCIA DEL OBJETO pero con limitaciones. Es capaz de buscar objetos que se han ocultado tras pantallas, pero si después se desplaza a otro lugar B, lo seguirá buscando en el primer lugar que se escondió aunque haya sido testigo de los desplazamientos. La conducta del bebé ya es plenamente intencional, intentan alcanzar un fin, al tiempo que aparecen las primeras conductas de anticipación, siendo capaz de prever lo que va a ocurrir. Ahora es normal que el bebé llore cuando ve que su madre se levanta de su lado, anticipando su partida. Para Piaget en esta etapa aparecen los primeros actos de inteligencia propiamente dicha, pero no de representación.
Es en esta etapa, con la aparición de la permanencia del objeto, cuando aparece la angustia de separación y el miedo a los extraños.
Estadio 5
Entre los 12 y los 18 meses, se dan las reacciones circulares terciarias, los niños repiten una y otra vez las conductas pero introduciendo variaciones, tratando de provocar nuevos resultados. Ahora ya no se centrará tanto en los objetos como en lo que puede descubrir incorporando variaciones. Necesita descubrir cómo alcanzar un fin que se ha propuesto. ¿Y como lo hace? Lanzando cosas desde la trona una y otra vez, dejando caer un juguete por un plano inclinado, tirando de una manta para coger otro objeto que no alcanzaba, tirando de una cuerda a la que está atado un juguete… Ya es capaz de seguir los desplazamientos, pero aún no es capaz de buscar un objeto escondido sin que él haya visto cómo se escondía, ya que necesitará inferir e imaginar que el objeto ha sido trasladado, cosa que se conseguirá a partir de los 18 meses (estadio 6) donde podremos establecer que se ha adquirido totalmente la constancia o permanencia de objeto y con ella los conceptos de espacio, tiempo y causalidad.
En esta época es muy interesante presentar “el juego heurístico”, que es una propuesta de juego también de Elionor Goldchmied que fomenta la curiosidad libre de los niños, permitiéndoles experimentar, ensayar, probar y combinar con los diferentes materiales.
Estadio 6
En este último estadio, se produce un gran cambio respecto a las otras etapas, el niño ya no necesitará probar con los materiales ya que lo podrá hacer de manera mental, apareciendo las imágenes simbólicas y con ella la función simbólica y por lo tanto, el lenguaje.
Debemos de tener en cuenta que las teorías de Piaget no han estado exentas de críticas y que se han realizado con posterioridad estudios de replicación tratando de confirmar o desmentir sus descubrimientos. Algunos estudios, por ejemplo, han demostrado que los bebés poseen conocimientos sobre las propiedades de los objetos antes de lo postulado por Piaget. Lo que sí se ha confirmado es la aparición de la secuencia de estadios tal y como proponía el autor.
Algo que nos parece tan sencillo como saber que un juguete es algo separado de nosotros mismos o que al lanzar un trozo de comida desde la trona, caerá al suelo, pasa por una serie de increíbles etapas, en las que poco a poco, el bebé, estando en contacto con el ambiente es capaz de ir superando, construyendo, muchas veces, sin que nos demos cuenta.
Por lo tanto creo que es muy importante ofrecerle a los bebés diferentes tipos de materiales (no solo plástico) para que puedan manipularlos, probar, combinar… Proporcionarles libertad en sus movimientos… Para que ellos mismos se conviertan en los constructores de su propio aprendizaje.
“En el campo del niño no existen competiciones, porque nadie puede cumplir en vez de él el trabajo destinado a construir el hombre que debe realizarse. En otras palabras, nadie puede crecer por él.”
María Montessori, La mente absorbente del niño.
Laura Estremera Bayod
Maestra de Audición y lenguaje, Técnico superior en educación infantil.
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Delval, J; Kohen, R; Sánchez, I; Herranz, M.P; Delgado, B; García, J. A; (2014) Lecturas de psicología del desarrollo I. Uned. Madrid
García, J. A; Delval, J. (2010) Psicología del desarrollo I. Uned. Madrid.
Montessori, M. (1986) La mente absorbente del niño. Editorial Diana. México.
Montessori, M. (1986) Formación del hombre. Editorial Diana. México.